Sandra Milo (Elena Liliana Greco, Túnez, 11 de marzo de 1933) es una destacada actriz de cine italiana. También ha realizado roles como actriz teatral y conductora televisiva.
Comienza su trabajo en el cine en el año 1955, junto a Alberto Sordi, en el film El soltero. Comienza entonces a ser conocida por su aspecto exuberante y vistoso, y por su voz ingenua y aniñada, situación que la hace interesante, tanto para el público como para los productores de cine, y llega por eso a ser parte de numerosos films de género similar.
Su primer rol importante llega en el año 1959 de la mano del productor Moris Ergas (con quien después contraerá enlace). Se trata del film "El general Della Rovere", donde interpreta a una prostituta, bajo la dirección de Roberto Rossellini. Un rol análogo le toca interpretar en "Adua e le compagne" 1960 de Antonio Pietrangeli. Comienza también a destacarse en papeles dramáticos, que interpreta con verdadera soltura. En 1961 su carrera sufre una brusca interrupción cuando efectúa un crudo diálogo en una película, también dirigida por Rossellini, que es recibido con acérrimas críticas, siendo considerada su interpretación como extremadamente excesiva, razón por la que los críticos de cine le adosan el pseudónimo de "La más perra entre las perras", definición que frena temporalmente su consecución como actriz.